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¿Los festivales valen lo que cobran?

A lo que venimos, sin tanta vuelta. Digamos algo que todos estamos pensando y si estás aquí seguramente has vivido este momento más de una vez y todavía más en los últimos años.

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¿Qué pedo con los precios de los festivales? No quiero sonar como un viejo recordando tiempo mejores, pero hace unos años, menos de una década, los festivales me parecían eventos sumamente accesibles en donde podías ver muchas bandas difíciles de encontrar en un concierto propio en México.

Ahora, tengo que ir ahorrando desde que voy saliendo del evento para poder pagar el boleto del siguiente año.

Con esta idea en mente “curiosamente” (se que me espías, Google) un día me tropecé con este video de The Economist. El título me pareció muy directo “¿Por qué los festivales musicales son tan caros?” Mi intención no es transcribir la información del video, pero los siguientes son puntos de vital importancia para el desarrollo de esta trama:

● El negocio para las bandas/músicos ya no radica en vender discos sino en vender entradas.

● Se invierte mucho en actividades ajenas a lo musical porque los asistentes pagan por una experiencia, no tanto por un espectáculo musical.

El primer punto no me sorprendió en lo más mínimo. Esa información la hemos asimilado todos poco a poco, pero el segundo punto llamó mi atención.

¿Cómo es que la gente paga por la presentación de algún artista y se va sin acercarse siquiera a algún escenario? ¿Por qué las empresas que se dedican a organizar estos eventos están dispuestas a aumentar el precio de su boleto con la intención de llenar el lugar de actividades? ¿Qué no el punto es escuchar tu canción favorita en vivo cantando a todo pulmón? ¿Acaso ya me pego la edad y estoy perdiendo la esperanza en las nuevas generaciones?

Al ver el video me puse a reflexionar y llegué a pensar que a mi raza, los jebis, no le late ese pedo. Lo importante para nosotros es ver a nuestras bandas favoritas echando el rock. Después me indigné porque este orden de ideas me llevaba a la conclusión que estábamos pagando de más por servicios adicionales que no utilizamos, porque en un festival priorizamos la música sobre cualquier otra cosa ¿verdad?

Luego recordé que en el Domination había una fila enorme para tener una boda negra, justo a lado de una fila eterna para tatuarse, un poco adelante de la fila para los juegos de arcade. Chale, no somos tan diferentes a las niñas que ocupan corona de flores en el Corona Capital.

Bueno, quitando toda la parafernalia extra, no debe ser tan difícil ni tan costoso organizar y satisfacer a los asistentes de un festival ¿cierto? Pues te sorprenderías de toda la logística que involucra armar un evento de estas magnitudes. Tomemos como ejemplo el Doownload Festival uno de los festivales de rock y metal más importantes del Reino Unido y del mundo.

El festival emplea a 8,600 personas aproximadamente cada año, eso es 2,100 personas tras bambalinas, 4,200 a nivel de los espectadores, 1,800 guardias de seguridad y 520 médicos; 75,000 personas acamparon en más de tres sitios y eso necesita mucha infraestructura. Hay que tomar en cuenta que el promotor tiene que pagar para contratar el sitio, poner cercas, construir el escenario, considerar los temas de agua, electricidad y gestión de residuos (basura y sanitarios), cumplir con normas de seguridad, y más.

Para que te des una idea del trabajo que hay detrás, los cinco escenarios que albergan a todas las bandas en Download pesan 278 toneladas combinadas, requiere 57 camiones articulados para transportarlas. La construcción del sitio demora aproximadamente 10 días completos (24 horas), así como cuatro días para desmontar.

En la parte de alimentos, Download tiene que saciar el hambre y la sed de 120,000 asistentes al festival cada año durante tres días. Quienes consumen un promedio de 1.2 millones de “pints” (475ml) de cerveza, 650,000 hamburguesas y 650,000 litros de agua. Por cierto, este es un tema aparte, el precio de la comida.

En este pequeño texto te puedes dar una idea de las razones por la que te cobran $100 por una hamburguesa chafa. No son tan culeros como piensas, tienen sus razones.

Por si esto no es suficiente, hay que considerar la renta de la locación. Si ya se tiene el lugar se estaría casi del otro lado, pero esto sería si México fuera un lugar mágico donde no hay “favores” que comprar y “amistades” a beneficiar, de esta manera sólo se tendrían que añadir los permisos, regulaciones y multas que pueden aparecer para abonar a esta lista de cosas a considerar.

Listo, ya se tiene lugar, comida, bebida, escenarios y equipo de sonido. Espera, falta algo importante, los músicos. Los gastos para reservar a los artistas está aumentando considerablemente en la actualidad. Los músicos están aumentando constantemente sus tarifas como un medio de compensar la disminución de los ingresos de venta de discos.

Si tienes curiosidad puedes revisar los precios para contratar algunas bandillas británicas, pero si ya hablamos de headliners como Lamb of God, por ejemplo, puede costar entre $75,000 a $150,000 dolares dependiendo el evento. (Via Celebrity Talent International)

Ahora si crees que ya se tiene todo listo, faltan los pequeños detalles dentro de los contratos con tus amadas bandas. Uno de los casos más conocidos es el del vocalista de Van Halen, David Lee Roth, quien pidió en su catering una cantidad brutal de M&M’s pero con la indicación que no debía haber ninguno de color café.

Según cuentan fue una prueba para identificar que el promotor había leído todo el contrato, pero aún así podemos notar los problemas en los que te pueden meter.

Además, dejando de ser inocentes, evidentemente las bandas no están disponibles para cuando a alguien se le ocurra organizar un festival. Download Festival trabaja con dos años de antelación para asegurar que los artistas que quieren incluir en el cartel estarán disponibles en las fechas del evento. Yo ni siquiera tengo planeado mi fin de semana.

Bueno, ya estuvo ¿no? Aunque dejamos de lado temas como marketing, pagos por derechos de autor, materiales impresos para escenarios y publicidad, etc. Te podrás dar cuenta que organizar conciertos de esta índole no son enchiladas, y si aún crees que quienes se avientan este viacrucis se forran de lana, pues dejame decirte que es un negocio con mucho riesgo.

Topa esto, en 2015 el Coachella vendió 198,000 boletos y sacó $84 millones de dólares en ingresos convirtiéndose en el festival de música más rentable del mundo. Por otro lado el Glastonbury -el festival más grande del Reino Unido- declaró una ganancia antes de impuestos de solo £86,000 libras. Eso es una ganancia de menos de 50 centavos por boleto. Donde evidentemente esa ganancia no se la queda una sola persona.

Creo que después de todo esto podemos identificar que las actividades ajenas a la música dentro de los festivales parece no impactar taaanto como parecía. Aún queda mucho tema por abarcar, pero seguro tienes que seguir con tu vida. No te preocupes, luego continuamos.

Por lo mientras espero podamos entender mejor la razón del costo de los eventos que tanta alegría nos dan y esto también aporte en la forma que los disfrutamos. Seamos honestos, no vamos a dejar de gastar en conciertos. ¡Nos vemos en el Moshpit!

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IvanWins
En las tocadas la neta es el slam pero en mi casa sí le meto al tropical.