Non Stop Ska 2018: el día en que más de 30 años de movimiento se encontraron en México

La elasticidad musical del ska es, concretamente, inabarcable. Por esta razón, quizá no sorprenda que sea de los géneros con las figuras más ramificadas, las cuales se han bifurcado y encontrado de manera constante y transversal en la historia de este estilo.
Ha pasado más de medio siglo desde que en la isla de Jamaica se comenzó a trabajar en este sonido y se dio apertura a todo el conglomerado estético que emergió en la posteridad. Tres, y a veces cuatro, son las etapas del ska que se distinguen enfáticamente. Entre estas han surgido y resurgido diversos sonidos con características especiales que, a su paso, han atraído a públicos diversos.
En México, específicamente, el ska llegó a afirmarse, con mayor visibilidad y fuerza, en los años 90, en la llamada tercera ola, la del ska fusión. Sin embargo, el desenvolvimiento del género no ha quedado encerrado en esa etapa que quizá muchos añoran con nostalgia.
Hoy en día podemos observar que los oyentes del ska oscilan entre sus diversas etapas; y si existe algo que pueda concretar una aseveración como esa, es un agente que logre visibilizar este movimiento. Y no hay mejor agente que un festival temático.
Así, en 2016 salió a la luz un cartel que lanzó a la vista muchos nombres que eran impensables para una época en donde, sólo quizá, muchos se mostraban incrédulos ante la posibilidad de que alguien apostara hoy en día por exponentes que, si bien tienen un gran valor simbólico en los fanáticos del estilo, no son parte de los grupos con mayor convocatoria, ni corresponden a las temáticas de los festivales que se hacen regularmente en el país en los últimos años.
Dos leyendas de dos olas diferentes del ska, encabezaron aquel festival: The Selecter, los legendarios británicos de la segunda ola, el two tone; y The Skatalites, agrupación virtuosa que mantiene el legado de la generación que bajo el mismo nombre, inauguró el vertiginoso y largo camino del género jamaiquino. Aunado a esto, en ese festival se encontraron algunos de los principales talentos nacionales, u otras leyendas menos conocidas, además de ejemplares de otros estilos que han encontrado afinidad con el ska.
El resultado fue satisfactorio tanto para organizadores, como para asistentes y observadores en general. Así quedó el recuerdo de un suceso extraordinario en una ciudad donde el ska parecía sólo un fantasma que pocos recordaban. Quedó sólo para afirmar que, en efecto, el ska seguía vigente en muchos sentidos, y el más visible de estos fue la gran convocatoria y respuesta que se obtuvo.
El suceso, sin duda, atenuó cualquier duda que se pudiera suscitar sobre la continuación del proyecto. Así, los organizadores apostaron por un cartel con el, quizá, doble de headliners reconocidos e internacionales. Se mantuvieron, claro, los principales ejes característicos del festival: bandas emblemáticas, distintas etapas y vertientes sonoras del ska y exponentes nacionales e internacionales.
Así, existía sólo en un sueño de algunos fanáticos que llegaran a un mismo escenario bandas como Bad Manners, Desorden Público, Hepcat, Tokyo Ska Paradise Orchestra, Juantxo Skalari &LRB y New York Ska- Jazz Ensemble. No es exageración cuando se llegaba a leer que el Non Stop Ska Festival tenía un cartel a la altura de los festivales más importantes en Inglaterra o Alemania.
Pero sería hasta las 12:00 hrs del 17 de febrero 2018 que todo esto comenzaría a reafirmarse y realizarse ante los observadores. Después de varias dificultades; como el lamentable sismo del pasado 19 de septiembre, por el que el festival tuvo que ser pospuesto; los mexicanos Travelers All Stars y los californianos La Banda Skalavera tuvieron la labor de dar apertura a la esperada segunda edición del, ahora histórico, Non Stop Ska Festival.
Con tres escenarios distintos, en donde uno de ellos tuvo la labor de acoger a distintos soundsystems de la ciudad, el Palacio de los Deportes dio la bienvenida a los miles de asistentes que se identificaban de alguna manera con el género. Se vislumbraban los principales arquetipos de oyentes y personas que hacían visible su adscripción a alguno de los estilos visuales que se adjudican al género musical: skinheads, rude boys, punks, etc.
Con una puntualidad que quizá siga extrañando en festivales mexicanos, desde muy temprano se asomó la primera gran leyenda reconocida, la que se responsabiliza de ser pionera en la cuarta ola, la del ska-jazz: New York Ska-Jazz Ensemble. A las 2:00 pm iniciaron su participación en el escenario principal con la alegría de Free As A Bird, que puso a bailar a muchos y a cantar el ya clásico “jamaica ska”. Con una atmósfera de baile y armónica alegría, la banda expuso temas clásicos como Frenesí, Harlem Nocturne y la aclamada Take Five.
Los asistentes respondieron entusiasmados, especialmente cuando los gritos se homogeneizaron al escuchar el cover que la banda hizo de The Specials, A Message To You Rudy. Los neoyorquinos, como siempre, dieron un show impecable y dejaron con un gran sabor el espacio que unos minutos después recibiría a Negros Vivos, quienes hicieron visible la llegada de mucho más asistentes que repasaron sus canciones sin detenerse.
Mientras tanto, en el escenario Pabellón Cuervo la oleada de bandas regias hacía de las suyas. Desde los legendarios Skaterrestres, quienes fueron de los primeros que acogieron el sonido ska en este país, hasta Melodycans, que con alrededor de 6 años de trayectoria lograron convocar a público de todas las edades y parejas de enamorados a quienes dedican la mayor parte de sus canciones.
Fue en ese mismo escenario donde se recibió a la leyenda inglesa, Mark Foggo. Él dio un show bastante energético, trasladando el sonido two tone a otras dimensiones. Tan es así que se pudo encontrar entre su público a Freddie Rocksteady y compañía (NYSJE). Esto, la asistencia de las bandas a ver a otros grupos, fue una constante en todo el festival.
Para las 4:00 pm, Hepcat había acogido en el escenario principal a la mayoría de los asistentes. La expresión final de alegría y satisfacción de Greg Lee lo decía todo.
Todo esto fue lo que se pudo ver unos minutos antes de que se escucharan los primeros acordes de la energética Justice Calling 69, de la mano de los eternamente aclamados Oi Skall Mates. Los japoneses se encargaron de encender por completo el Palacio de los Deportes con un show imperdible que hizo explotar de euforia a más de uno.
Ese momento épico fue sólo la introducción a lo que sería una presentación inolvidable, en donde la conexión del público con la banda fue evidentemente fuerte. Con una ejecución poderosa, la banda dejó salir muchas de sus canciones más esperadas como Skinhead Runnin’, No Name, Skankin Class Ero, No Sleep ‘till Mexico y, por su puesto, la despampanante Nutty Sound, como el brillante pilar que cerró un grandioso recital.
Llenos de alegría, fortaleza y movimiento, los asistentes esperaban impacientes a la también leyenda (es difícil esclarecer si hubo alguien que no lo fuera) Juantxo Skalari y su Rude Band. Resaltaban las camisetas de Skalariak, The Kluba o de alguno de los proyectos del músico español. Esto fue una anticipación del repertorio, ya que se contó con temas de toda la trayectoria Skalari.
El show de los navarros inició con Sarrera VIII de su nueva producción, seguido de temas clásicos de Skalariak como Jaia, Vodka Revolución, Sólo Vivir y Skalari Rude Klub. Pese a que la calidad del sonido no ayudó (en general a todas las bandas) Juantxo Skalari & LRB mantuvieron la eficacia y poder que les caracteriza.
Sin mucho retraso, otros españoles ocuparon el escenario principal. Decibelios se encargó de dar un toque de rebeldía y convocar a todos los que gustan del ska punk y oi para que fueran a gritar y bailar todo el contenido de protesta que hay en las canciones de la banda. Temas como Seminarista y los boy-scouts, Voca de dios, Botas y tirantes, Camaleón, Estos macarrones aún no están hechos y Mi barrio, se llevaron los gritos y brincos de quienes recuerdan con nostalgia los más de 30 años de historia del movimiento que acompañan a cada una de sus canciones.
Si alguien hace evidente la conciencia que tienen sobre el alcance global del género ska y, en particular, de este festival, son los venezolanos Desorden Público. Además, es innegable el símbolo que significa este grupo en el desarrollo del ska latinoamericano.
Desorden Público dijo hacer una selección de sus mejores joyas musicales para ese concierto que el público recibió muy gozoso. Se pudieron escuchar, además de disfrutar del espectáculo visual que ofrecieron para cada una de sus canciones, grandes temas como Canto popular de la vida y la muerte, Se soltó la bestia, Mal aliento, Allá cayó, Dónde está el futuro y Ska mundo ska. Esta última contó con la conmovedora presencia en el escenario de Tokyo Ska Paradise Orchestra, como una insignia de la extensión internacional del género.
Finalmente, después de tanto tiempo de espera, llegó la banda emblemática que para muchos, significó el motivo de la visita al festival. Rumbo a las 10 de la noche, Buster Bloodvessel y compañía llegaron al escenario bajo el nombre de la leyenda inglesa del two tone que todos esperaron por casi treinta años: Bad Manners. Entre miles de gritos, llantos y una euforia generalizada, la banda se asentó para iniciar un espectacular show con una versión rápida de This Is Ska. La energía generada nunca bajó su intensidad desde ese momento, ya que se hicieron presentes temas legendarios, uno tras otro, como Sally Brown, Just a Feeling, Loraine, Inner London Violence, Fatty Fatty, Skinhead Love Affair, Lip Up Fatty, Special Brew y la conmovedora I Can’t Take My Eyes Off You.
Casi al finalizar, los japoneses Oi Skall Mates acompañaron a la banda en el escenario. Durante todo el tiempo, Buster Bloodvessel dió un show increíble que dejó satisfechos a los asistentes que contemplaron las irreverencias de Buster en el escenario y su distintiva lengua que hasta entonces, sólo existía en su imaginario. Aunado a su divertido espectáculo, el frontman aprovechó para agradecer a Deals Olán, quien además de acompañar a Bad Manners en el saxofón, fue quien hizo posible todo el festival.
Pese a que muchos esperaban el espectáculo de Bad Manners para después retirarse, la gran mayoría sabía que quienes cerrarían eran una garantía de calidad en el escenario. Por su puesto, valió la pena la espera.
Así, con su clásica introducción breve, llegó al escenario Tokyo Ska Paradise Orchestra para contrastar su entrada con la dinámica Skaravan. Al igual que muchas de las otras bandas, agradecieron en todo momento la oportunidad de estar presentes en un gran festival como ese y sobre todo, externaron su fiel cariño para los seguidores y este país.
Con una calidad pura y el ímpetu que eriza la piel de los asistentes (como de costumbre), la banda nos brindó temas clásicos como Down Beat Stomp, The Godfather Ska, Pride Of Lions y 5 Days Of Tequila, y también canciones recientes como Más allá del universo. Además no podían faltar sus tradicionales improvisaciones que evidencian la conexión de la banda entre sí, como el caso de la reluciente ejecución que centra la atención en el teclista Yuichi Oki e introduce a Suikinkutsu, así como el siempre esperado inicio con melódica de la alegre Ska Me Crazy. También, todo el Palacio de los Deportes explotó cuando la banda interpretó el cover original de Prince Buster y popularizado por Madness: One Step Beyond.
Así, el Non Stop Ska Festival terminó con la deslumbrante participación de Tokyo Ska Paradise Orchestra, sólo para dejar una enorme sonrisa de satisfacción generalizada en los asistentes. El festival reafirmó lo que desde 2016 viene anunciando: no solamente es un gran festival con una temática consistente y firme, sino que es el más importante de Latinoamérica en su tipo.
Non Stop Ska Festival va en ascenso y la respuesta del público clarifica que existe una escena de amantes del ska que puede confluir en un mismo espacio. Sin duda muchos esperan la tercera edición de este festival inolvidable, aunque aún no existen declaraciones oficiales que den pistas firmes. Sin embargo, hasta ahora podemos concluir que ha cumplido su objetivo, el de realizar lo impensable: un festival de ska hecho por amantes del ska para amantes del ska.
Ph Lulú Urdupilleta / César Vicuña