Hola, amig@. Estoy emocionado. Tengo una historia muy curiosa que contarte: El año es 1824, después de seis años, Beethoven finaliza su novena y última sinfonía completa. Estoy seguro que la has escuchado alguna vez.
Con una duración de 74 minutos, la composición se ha convertido en una de las obras artísticas más famosas de la historia. A tal grado que su cuarto movimiento se utiliza como himno de la Unión Europea. Así es, el famoso «Himno a la alegría» que probablemente te hicieron cantar en la primaria.
Tiempo después, en 1980 se produce por trabajo colaborativo de las compañías Sony y Philips el disco compacto (CD) comercial que conocemos hoy en día. El más común es el de 120 mm de diámetro con una capacidad de 74 minutos de música.
Donde la historia oficial de Philips cuenta que se hizo de esta manera específicamente para poder contener en su totalidad una composición elaborada 156 años antes por un compositor sordo de origen alemán.
¿Cómo ves? Está cabrón ¿no? Pues parece ser que esta historia es un mito y que en realidad el CD de 120 mm podía contener hasta 97 minutos pero se decidió bajar la densidad de información en un 30% por lo que quedó en los mencionados 74 minutos.
Pero la verdad a mi me parece muy bonita la historia de que el tiempo del CD tiene relación con la novena sinfonía de Beethoven. Para mi esa es la buena y merece ser cierta.
Espera, la historia curiosa no termina ahí. Llegamos al siglo XXI, tenemos autos voladores y la cura contra todas las enfermedades auto inmunes. Ah, no, tenemos cigarros electrónicos y selfie sticks, pero bueno se hace lo que se puede. Dentro de otras maravillas de la tecnología llegan los servicios de streaming con el líder Spotify lanzando su aplicación en 2008.
Con miles de millones de canciones al alcance de nuestros pulgares la industria musical se enfrentó a un cambio radical en su forma de funcionar. El formato estándar para consumir música cambió totalmente, lo físico pasó a segundo plano y lo digital se volvió la norma.
Acuérdate que ya hemos dicho que el formato determina la evolución de la música grabada. En el formato digital puedes escuchar una canción hasta que te mueras; puedes escuchar música sin repetir una sola canción hasta que te mueras; puedes escuchar salsa, cumbia, tarantelas italianas, música barroca, heavy metal, y opera en la misma playlist; en fin, las posibilidades son descomunales.
Esta es la parte curiosa de la historia: los artistas son libres de lanzar su música de la manera que gusten pero parece ser que siguen atados a entregar una colección de canciones en un formato desarrollado hace casi 40 años que se acopló para una obra escrita hace casi 200 años.
Un artículo escrito en Midia Research, Mark Mulligan menciona que:
En la era de Internet, los formatos se están convirtiendo en algo del pasado y, sin embargo, la forma en que se hace y distribuye la música aún se ajusta al viejo mundo físico (…) Solo el 16% de los consumidores escucha álbumes tradicionales y un 10% aún menos escucha álbumes completos en streaming.
El 59% de los consumidores dicen que están escuchando menos álbumes debido a las listas de reproducción. El álbum no está muerto, pero su público es mucho más pequeño. Ahora está llegando una nueva generación de artistas que crecieron con listas de reproducción, no álbumes, por lo que ni siquiera se debe pensar en términos de álbumes.
No se que opines pero a mi me parece de lo más maravilloso que se abran las posibilidades para entregar y consumir música. Por ejemplo, algo que siempre me ha parecido raro es sentir que la música que escucho siempre pertenece al pasado, por más reciente que haya sido su lanzamiento.
¿A qué me refiero? Piénsalo: una banda escribe la letra, compone la música, graba la canción, la producen, la mezclan, etc. Y para el momento que es entregada a su público en el disco (sin importar que sea físico o digital) ya pasaron fácil uno o dos años. Entonces aunque el lanzamiento de una canción sea esta semana, realmente estás escuchando una rola que se pensó y realizó dos años atrás.
Creo que entonces la canción no es tan nueva. Esto ya no tiene por que ser así. Estamos en una época donde un artista puede concebir una canción, subirla a internet y haber gente escuchándola el mismo día; eso me parece una chingonería.
A lo que voy es que los artistas no deben limitarse, deberían aprovechar las herramientas que se tienen para mostrar su música de manera distinta. No digo que ahora se trate de apresurar las cosas, no. Sólo creo que ahora hay muchas formas de generar un proyecto musical y se debe experimentar con estas nuevas posibilidades.
Lanzar un puñado de canciones cada dos semanas, sacar fragmentos de la misma canción diario durante una semana, sacar canciones por tiempo limitado; subirlas y luego borrarlas; animarse a hacer una canción de 3 horas ¡YO QUE SÉ!
No propongo abandonar el formato del álbum. Si así está ideado el concepto musical de la banda o artista entonces que se den, entreguen un álbum triple si quieren. Sólo digo que la cantidad de tiempo del CD ya no es un límite, la producción física del CD ya no es límite, la distribución ya no es un límite, hasta se puede prescindir de un estudio profesional de ser necesario.
Lo que busco transmitir es que es un buen momento para volverse loco y descubrir nuevos caminos. Seguramente ya hay personas haciéndolo y simplemente no hemos coincidido pero también creo que no todos habíamos caído en la cuenta de esto que estamos hablando y como consumidores debemos ser receptivos a estas nuevas propuestas.
Una muestra de que la industria musical comienza a darse cuenta que el álbum está perdiendo fuerza está en los contratos. Se comienzan a ver contratos donde los artistas se comprometen a entregar un cierto número de canciones, no de discos.
Ya no es un debraye, estas propuestas pueden generar ingresos y esto es importante. Si tienes tu proyecto musical yo creo que debes aventurarte sin miedo a la victoria y sin miedo a la derrota. Veamos que nos depara el futuro. ¡Nos vemos en el moshpit!
Para finalizar, me gustaría iniciar una sección de Shout Out:
● Opeth lanzó su nuevo álbum In Cauda Venenum.
Por más que intento no puedo ser objetivo con esta banda. Ya escuché este disco y me gustó. Sigo extrañando al viejo Opeth pero hace tiempo acepté que nunca volverá.
● Wilderun y su disco Veil of Imagination.
Descubrí este grupo en Bandcamp esta semana y es lo mejor que me pudo haber pasado. Dales una oportunidad, hazme caso.
● Mayhem subió single llamado In Worms and Ruins.
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