The Mars Volta jugó con la muerte… 10 años de “The Bedlam in Goliath”
Hace unos días cumplió diez años uno de los discos más emblemáticos del rock progresivo…“The Bedlam in Goliath” de The Mars Volta. El cuarto material de estudio de la banda fue lanzado en Enero del 2008 y aunque musicalmente es sorprendente, son más inefables las historias que existen detrás de éste.
Su forma de hacer sonidos siempre fue experimental, no sólo con las bases musicales, cada disco exploraba de manera conceptual la forma de crear letras basadas en las historias más extrañas del mundo; versos que encuentran su origen en historias personales o en el diario encontrado por uno de sus integrantes – “Frances the Mute”-, eran el pan de cada día para los músicos, sin embargo “The Bedlam in Goliath” llegó mucho más lejos, está vez, las historias tenebrosas venían de ellos y fue una experiencia tremenda relatar su escalofriante vivencia.
La banda inició una gira junto a Red Hot Chili Peppers – Omar Rodríguez y Flea son grandes amigos-. Durante su estancia en Jerusalén y caminando por los mercados de la zona, Omar encuentra una tabla Ouija y decide que es el regalo de cumpleaños adecuado para su compañero y amigo Cedric Bixler.
No perdieron el tiempo e inmediatamente comenzaron a jugarla, tanto integrantes de The Mars Volta como los de RHCP. Rápidamente convirtieron el juego en un ritual al terminar los conciertos; fue ahí cuando – la historia cuenta- que conocieron a un adivino famoso “Soothsayer” que a su ves logro comunicarlos con un ser del más allá… Goliath.
La tabla Ouija quedó bautizada como “Soothsayer” y mientras más jugaban más historias descubrían, la principal habla de un triángulo amoroso entre Goliath, su esposa y su hija…historia que terminó con un terrible crimen. Las letras del álbum se inspiran en las historias contadas por Goliath y en palabras de los propios músicos, contienen poemas que ellos no escribieron, pues fue el mismo Goliath quien se los dictó para que éstos los musicalizaran.
Cedric se obsesionó con el juego al grado de convertirlo en una adicción – casi igual al de las drogas-. El ser del otro mundo comenzó a pedir cosas más extrañas y tenebrosas, por lo que decidieron terminar el juego y no volver a hablar más de él.
Terminó la gira y llegó el momento de trabajar en el nuevo disco, ahí fue cuando los sucesos extraños comenzaron a desatarse, algunas grabaciones se perdieron y no se encontraron nunca, perdieron a tres bateristas y su ingeniero de audio renunció argumentando que: “estaban jugando con la muerte”, Cedric tuvo una lesión grave en las piernas, por lo que dejo de caminar un tiempo y finalmente se inundó su estudio de grabación.
De manera extra oficial, se sabe que los sucesos llegaron a un punto, en el que el proceso de grabación se convirtió una tortura, sin embargo, los músicos pensaron que la única forma de concluir con las historias, era terminar el disco y no volver a hablar de ello nunca más. The Mars Volta recurrió a la santería durante todo el proceso de grabación, a manera de defensa – espiritual- se incluyeron símbolos de santería en la portada del disco y el nombre de algunos tracks incluye a personajes divinos de diversas mitologías.
Alguna vez Omar Rodríguez declaró:
“Fue difícil hacerlo, pero de una forma superficial es un disco muy cabrón, sin espacio ni aire. Fue como si estuviera enterrado vivo… Cuando lo terminé no me sentía nada bien, no quise hacer entrevistas sobre el álbum, no lo quería escuchar, quería hacer uno nuevo… entonces fuimos de gira y con el tiempo, claro, uno empieza a cambiar, y ahora lo veo como un disco positivo; me siento feliz, contento y doy gracias a Dios que tuve que pasar por esa experiencia que me llevó a un sitio nuevo, me hizo desarrollarme como músico y persona. Tocar las canciones de este álbum en vivo cambió la sensación que me provocó grabarlo en el estudio”.
Legendario y simbólico es: “The Bedlam in Goliath”, un disco que merece un análisis profundo, desde la más pequeña imagen de la portada, el acorde más sencillo de una canción o cualquier palabra que esté en sus letras.
