
La velada de este viernes fue testigo de la íntima presentación que ofreció la banda tamaulipeca División Minúscula, evento especial que daría un recorrido musical a través de más de 20 años de trayectoria.
La cita fue en el Centro Cultural «Roberto Cantoral», sala que sería testigo del espectacular show que ofreció la agrupación comandada por Javier Blake. Un factor determinante para el show fue la ambientación perfecta del recinto, creó una atmósfera de intimidad entre en público y los músicos, al punto de sentir que era un concierto dentro de la sala de tu casa.
Este evento era de carácter especial y he aquí las razones: show completamente acústico y fue grabado para dar paso al primer disco grabado en vivo de División. Por este mismo motivo se restringió estrictamente el uso de cámaras y celulares entre los asistentes, este fue un buen detalle ya que realmente se pudo notar a los espectadores disfrutando en todo momento.
Así llegó la hora, apenas eran unos minutos pasados de las nueve, el público estalló en aplausos y gritos cuando dieron los primeros pasos sobre el escenario. Sin dar muchas vueltas al asunto, Javier agradeció la asistencia del público que en ningún momento supo que esperaba de esta noche.
Con la compañía de percusiones, piano y corista dio inicio el recital, la audiencia comenzó a vibrar desde el primer acorde que sonó, Un Beso al Aire y un Tiro al Pecho sería la encargada de abrir, acto seguido, Cada Martes, apenas se habían tocado dos canciones y todas las almas en el foro estaban rendidos ante la banda.
Maquillaje y Altamar serían las piezas que marcarían la mitad del espectáculo, terminada la interpretación de éstas, el vocalista de la agrupación rompería el protocolo de los acústicos y se pondría de pie junto a su guitarra para cantar dos piezas para las que era necesaria esta acción: Cursi y Las Luces de Esta Ciudad.
Justo cuando creíamos haber visto todo, nos dejaron claro que se quieren lucir con la calidad de su material en vivo, comenzó a haber movimientos raros en el escenario ¿Están colocando más sillas y atriles? Así es señores, tenían invitados de lujo, la noche se engalanó con la presencia de orquesta en vivo, quienes colaboraron en la musicalización de tres canciones. Sin duda alguna estas fueron las más especiales de toda la noche, la emoción llegó a su máximo esplendor durante Sognare y Me Tomé Una Pastilla. Seguro que brotó más de una lágrima durante estos minutos.
Como es costumbre durante las presentaciones de División, cuando suena Sognare y Pastilla, todos sabemos que el final está cerca, esta vez no fue la excepción, de nueva cuenta Blake agradecería a todos los asistentes por el apoyo que ha tenido el proyecto, posterior a ello despediría a la orquesta y presentaría a todos los integrantes del grupo, cada uno de ellos recibió el entero amor del recinto. La despedida terminó con una clara amenaza en conjunto, una promesa de volver a tocar para la futura presentación del disco.
Año Nuevo, última canción de la noche, con esto se hace la despedida formal y emotiva de los músicos pero no sin antes recibir una ovación de pie por parte del público. Aunque se había vaciado el escenario y se comenzaba a retirar el equipo de sonido, no dejaron de pedir una más, al ver que sus plegarias no funcionaron decidieron unir todas sus voces para entonar una versión muy particular de Sismo que seguramente se alcanzo a oír hasta los camerinos.
De esta manera tan emotiva terminó el concierto, una experiencia sutil, intima e inolvidable, por fortuna de los que no pudieron asistir próximamente podrán revivir desde sus casas y en el mejor de los casos podrán vivir si hay nueva gira en puerta.
División Minúscula, sin duda una de las bandas nacionales más queridas y después de este show es imposible no quererlos.
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