
Cada presentación del maestro uruguayo Jorge Drexler es algo nuevo y mágico, esta vez llegó con un show llamado silente al Teatro Metropólitan un formato más íntimo y personal donde el silencio jugo un papel importante.
El Metropólitan empezó a sentirse vivo y la gente empezó a llegar desde horas antes de que se abrieran puertas y se sentía un ambiente diferente algo tranquilo en la fila para poder entrar hasta la gente en una forma pacífica a diferencia de otros públicos.

El escenario se oscureció y Drexler entregandose a su publico entró a explicar lo que significa silente junto a lo que parecía una caja de cerillos agitandola así de repente comenzó a sonar «Transporte», y en los coros sonaba el público con un lara lara algo que para sus fans fue único para después tomar su guitarra y continuar con «Eco» el teatro parecía jugar con la canción para crear una atmósfera de silencio y acordes de canciones.
Momento cursi llegó cuando sonó el «na na na» de estalactitas entre algunos efectos de voz y el ritmo de su guitarra drexler nos hizo por un momento sentir ese sentimiento llamado amor robando unas cuantos besos entre el público y suspiros por todos lados.
Y en ese momento los primeros acordes de «Deseo» aparecio asi como la voz del público momentos de silencio aparecian pero el publico los rompia con los coros.

En un momento de la presentación Jorge Drexler mencionó que su hermano se encontraba en el teatro y fue cuando el público le suplico a Jorge que lo subiera a cantar y fue cuando interpretó Febril Remanso una canción de su propia autoría para regalarnos un momento magico y unico.
En «Abracadabra» uso un péndulo para usarlo como metronomo y regalarnos otro momento único de esta gira.
La magia de esta noche era su guitarra y su voz en un viaje de emociones, en cada canción no había en el escenario más que algunas veces salían visuales o luces pero solo como adorno por que el carisma de Jorge siempre nos robó la atención.
Siguieron canciones como «Milonga del moro judio»,»Soledad»,»La edad del cielo» para llegar y dedicar a su maestro Sabina «Pongamos que hablamos de Martínez».

Para terminar la noche nos hizo corear «Telefonia» donde todo mundo se le entrego dando chiflidos ,gritos y aplausos.
Algo que Drexler nos preparó con mucho amor diferente a lo que nos tiene acostumbrados y que simplemente fue único con canciones diferentes a las que nos tiene acostumbrado a sonar en cada show y un setlist que pocas veces se podrá ver.
Con dos sold-out y demostrando el poder de convocatoria que tiene Drexler volvió a conquistar los corazones de sus fans y de la Ciudad de México.
Ph Lulú Urdapilleta





