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Napoleón: El hombre que sigue enamorando al Auditorio Nacional

Cada vez que el llamado «Poeta de la canción» pisa el «Coloso de Reforma» es acrecentar el cariño de antañas y nuevas generaciones que cada vez se enamoran de sus interpretaciones, lo que se constató el pasado viernes 31 de agosto.

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Una noche de nostalgia, así como lo más reciente de su carrera inició cuando a las 20:35 su hijo su hijo José María interpretó durante 15 minutos tres temas de su autoría. Al diez para las nueve de la noche, el telón se abrió de nuevo, «Bienvenidos les presento a mi papá», fue el pie para que José María Napoleón apareciera en escena con los primeros temas «De vez en vez», «Corazón» y «Atrévete».

«Esta noche deseo con todo mi corazón que ustedes se sientan bien. Que valga la pena el hecho de estar aquí con nosotros. Muchas gracias por haber llenado este recinto tan hermoso», fueron las primeras palabras del trovador.

«Deja», «Después de tanto» y «Amiga mía» continuaron, además de un par de pantallas que apoyaban al cantante. Se escuchó «Celos», y después un segmento acústico a guitarra con «Canción del Molino Rojo», acompañado de un acordeón; «Tu amor y mi poema» con unos chelos culminando con violines en «Agua y sed».

«Nunca olvidaré mientras viva que ha sido un príncipe de la música”, señaló el cantautor para recordar a José José con “Lo que no fue no será”, “Mientras llueve” y “Y para que”. Luego de casi dos horas de espectáculo y con un una energía inagotable, se sintieron las clásicas «Hombre», «Pajarillo”, «Ella se llamaba Martha», dando partida con «Eres» y «Vive».

«Queridos amigos fue un honor haber cantado para ustedes, Ciudad de México muchas gracias. Es un día de fiesta en mi corazón por muchas razones, gracias México, gracias Auditorio». Eran 10 para las 11, cuando tomado de la mano de todo su staff agradeció al público y en seguida dejó el escenario.

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Raul Soriano
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