
El llamado «Divo de Linares» demostró que cada presentación en nuestro país llega a ser su gran noche.En punto de las 20:00 horas las luces del Auditorio Nacional se apagaron para dar inicio a la velada, en medio de una ovación, Raphael fue recibido para iniciar con los dos primeros temas de su última producción «Infinitos Bailes».
«Loco por cantar» y «Aunque a veces duela» dieron la bienvenida al público a este recorrido musical el cual no disimulaba el cariño al español. «México téngame presente, porque yo a ustedes siempre los tengo presnete desde la primera vez… Estos son los temas más recientes pero yo se a que vinieron» expresó para dar los primeros acordes de «Mi gran noche» lo que generó aplausos, gritos y un público de pie.
«Enamorado de la vida», «Somos», «Provocación», «Un mundo son locos» sonaban como si fueran la primera vez que se interpretaban, «Maravilloso corazón» hizo que la voz del público se unificara y al movimiento de los brazos hacían que Raphael se le llenaran los ojos de lágrimas.
«Que nadie sepa mi sufrir» trasladó a las viejas generaciones a recordar aquellos años de sus presentaciones en el desaparecido centro nocturno «El Patio», con los movimientos característicos con los que se le ha relacionado siempre, se disfrutaba el concierto mientras «Escándalo» anticipaba que la noche estaba por morir. Y fue cuando «Quien sabe nadie» anticipaba ese momento, la gente no paraba de gritar «¡Canta ‘A mi Manera’!», pero la petición no fue cumplida, «Yo soy aquel» tuvo su primera salida en falso para darle paso al gran final con «Como yo te amo».