Fall Out Boy se presentó en el Palacio de los Deportes, donde 15 mil personas se dieron cita sólo para ver a sus ídolos de la adolescencia.
¡Gran Noche!
¡Qué noche, qué concierto! Fall Out Boy llegó con todo su ‘Days Of Fall Out Past Tour’ al Palacio de los Deportes este miércoles, y vaya que nos hizo viajar al pasado.
Dos horas llenas de himnos generacionales, desde los primeros acordes de ‘Take This To Your Grave’, hasta lo más nuevo de ‘So Much (For) Stardust’. La Ciudad de México fue testigo de un show monumental donde la banda nos recordó por qué, después de tantos años, siguen siendo los consentidos de una generación.
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El Público Se Entrega
Desde que empezaron con ‘Chicago Is So Two Years Ago’, el público, aunque no llenó el lugar al 100%, lo dio todo. Cantar cada canción era casi un ritual: de los primeros éxitos como ‘Sugar, We’re Goin Down’ y ‘Dance, Dance’, hasta los tracks más recientes como «Love From the Other Side». Fue un concierto diseñado para los fans que han seguido a la banda desde el principio, y la respuesta fue tan intensa como en sus mejores años.
Patrick Stump se lució con una voz impecable, demostrando que los años no han pasado factura, mientras que Pete Wentz mantuvo esa conexión especial con el público mexicano.
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Una Producción Espectacular
Entre agradecimientos y bromas, Pete confesó lo emocionados que estaban de volver a México, y se notaba que hablaba en serio. Hubo momentos íntimos y memorables, como cuando Patrick se sentó al piano para interpretar ‘What A Catch, Donnie’ y ‘Golden’, dejando que todo el recinto coreara con él.
La producción fue espectacular, con pantallas gigantes que acompañaban cada canción con visuales que hacían referencia a los álbumes. Hubo una oveja voladora en ‘Infinity On High’, un oso gigante para ‘Folie à Deux’ y explosiones de pirotecnia en temas como ‘The Phoenix’ y ‘Centuries’.
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La mezcla de lo visual y lo musical fue simplemente perfecta, haciendo que cada parte del show se sintiera como un capítulo de su historia.
Uno de los puntos más altos fue cuando los fans iluminaron el Palacio con luces de colores en verde y rojo durante ‘So Much (For) Stardust». Esos pequeños detalles hacen que estos shows sean tan especiales y dejan claro el nivel de amor y compromiso que la banda y sus seguidores tienen entre sí.
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Los Abridores
Ahora, hablemos de Jimmy Eat World, quienes se merecen que entremos en detalle y se encargaron de calentar motores con una actuación que, honestamente, se robó el show antes de que Fall Out Boy siquiera pisara el escenario. La banda originaria de Arizona ofreció un set de una hora que cubrió lo más destacado de su discografía, con un repertorio lleno de energía que hizo vibrar el Palacio.
Desde el primer acorde de ‘A Praise Chorus’, quedó claro que este no sería un simple acto de apertura; Jimmy Eat World se metió al público en el bolsillo y entregó una actuación que fue mucho más que un preámbulo.
Recordando Al ‘Bleed American’
El punto fuerte de su presentación fue, sin duda, cuando tocaron varios temas de su icónico disco ‘Bleed American’, incluyendo ‘Sweetness’, ‘Hear You Me’ y, por supuesto, el gran cierre con ‘The Middle’, que hizo que todo el Palacio se pusiera de pie y coreara al unísono.
Fue un momento de pura nostalgia que nos recordó por qué esta banda ha sido un pilar en la escena del rock alternativo desde principios de los 2000.
Y por si fuera poco, sorprendieron a todos con un cover inesperado pero muy bien recibido de ‘We Are Never Ever Getting Back Together’ de Taylor Swift, que le dieron su propio toque lleno de guitarras distorsionadas y energía punk.
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Regresando con Fall Out Boy, su setlist fue un regalo para los nostálgicos, y el hecho de que organizaron el show en pequeños sets dedicados a cada uno de sus discos le dio un toque sumamente especial. Aunque los saltos y piruetas de la era de principios de los 2000 quedaron atrás, la pasión y entrega de la banda siguen siendo igual de intensas.
Este concierto fue una verdadera celebración para todos aquellos que han crecido con la música de Fall Out Boy, y demostró que, aunque los años pasen, el amor por la música no se apaga.
¡Esperemos que no tarden otros 10 años en volver!