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Kamasi Washington Convirtió El Pepsi Center WTC En Un Ritual De Jazz Cósmico

Kamasi Washington

Desde que se apagaron las luces y los primeros acordes comenzaron a flotar, Kamasi Washington dejó claro que lo suyo no era un simple concierto: fue un viaje colectivo, un ritual sonoro que llenó de asombro al Pepsi Center WTC y a toda la CDMX. ‘Todos nuestros corazones están conectados hoy’, dijo Kamasi, y esa frase presidió una noche donde cada nota pareció pensada para unir a la audiencia.

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Presentación De ‘Fearless Movement’

Kamasi saludó en un español cariñoso: ‘¿Qué pasó? ¡Te amo mucho!’ y avisó:  ‘Tenemos nueva música, vieja música, y conectaremos’. La promesa se cumplió: ‘Fearless Movement’ sonó más denso, más emocional y mucho más potente en vivo. Las canciones ganaron capas y presencias que no se perciben totalmente en la grabación.

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Kasawi

Sorpresas Que Encendieron Al Público

El set tuvo momentos inesperados: desde la intro del ‘Exorcist’ hasta un cover del piano de ‘NY State Of Mind’ de Nas. Esos guiños unieron tradiciones y demostraron que Kamasi no le teme a jugar con referencias pop para hacer su relato más poderoso.

La noche brilló gracias a los siete músicos en escena. Hubo espacio para todos: Richie Washington en sax alto, Donte Winslow en trompeta (y hasta rapeando), Damian Grace en teclados, Miles Mosley en bajo, Tony Austin en batería y la voz de Patrice Quinn que elevó los coros. Cada solo parecía levantar toda la sala.

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Kamasi

Cuando El Público Se Vuelve Instrumento

La energía en la platea fue ceremonial: manos al aire, vítores en los crescendos y gritos en cada solo. En la entrada de ‘Fists Of Fury’ el grito colectivo fue casi parte de la percusión. El público no solo escuchó: participó activamente del trance. Para el encore llegó el guiño final: ‘Keep That Horn Kamasi’, frase que conecta con la era ‘To Pimp A Butterfly’. Fue el cierre perfecto para una audiencia que mezcla fans de jazz y del rap californiano.

Al bajar la cortina, la sensación era clara: lo vivido fue más que un show. Fue una comunión musical que revalida a Kamasi Washington como una de las voces esenciales del jazz contemporáneo. Si el jazz busca renovarse y dialogar con otras escenas, anoche dio una lección sin concesiones.

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Danny Arbae
Y en su risa nace algún milagro que mantiene tibia la ilusión