El pasado sábado, el Circo Volador de la Ciudad de México, fue testigo de una noche inolvidable cuando la banda australiana de Deathcore Thy Art Is Murder llegó para desatar toda su furia sobre el escenario. Desde el primer acorde, la energía de la multitud alcanzó niveles extremos, con un público completamente entregado que no dejó de saltar, gritar y formar moshpits durante toda la velada.
La euforia fue tal que incluso algunos asistentes se robaron un bote de basura para usarlo en medio del moshpit, añadiendo una dosis extra de caos y adrenalina a una noche ya de por sí brutal.
Un Setlist Devastador Que No Dio Respiro
La banda arrancó el concierto con ‘Make America Hate Again’ de su último álbum ‘Human Target’, y el Circo Volador se transformó en un torbellino de energía. Los riffs agresivos y las intensas voces de CJ McMahon dominaron el recinto, mientras los fans se sumergían en una marea de caos.
Temas como ‘Reign Of Darkness’ y ‘Dead Sun’, hicieron que el público se entregara por completo, con moshpits gigantescos que no daban tregua. La multitud se empujaba, saltaba y se movía con tal fuerza que el bote de basura robado se convirtió en el accesorio perfecto para una noche de pura locura.
La Euforia Del Público… ¡Y El Caos En El Moshpit!
La intensidad del espectáculo no solo estuvo en el escenario, sino en el propio público, que se desbordó en cada momento. Las canciones de ‘Dear Desolation’, como ‘The Son Of Misery’ y ‘Puppet Master’, continuaron alimentando el frenesí colectivo.
Los asistentes gritaban cada letra, mientras los moshpits se volvían cada vez más salvajes. El nivel de euforia alcanzó su punto máximo cuando el bote de basura robado comenzó a ser empujado por el público como si fuera parte del show. Esta imagen, tan única y descontrolada, encapsuló perfectamente la brutalidad del concierto.
Los asistentes vivieron la experiencia como si fuera una guerra sónica, sin importar los empujones ni los caóticos giros de los moshpits.
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Un Cierre Épico que dejó huella
El concierto llegó a su clímax con la interpretación de ‘All My Friends Are Dead’, uno de los temas más esperados de la noche. El público no dejó de saltar y cantar, llevando la energía a su punto máximo.
Los riffs finales resonaron en el Circo Volador como una explosión de furia, mientras los fans se entregaban por completo a la experiencia. Thy Art Is Murder cerró con fuerza, dejando claro que la conexión con su público mexicano sigue siendo más fuerte que nunca. La banda se despidió entre aplausos y vítores, mientras el Circo Volador aún retumbaba con la memoria de una noche épica.
Una Noche Que Quedará En La Memoria Colectiva
La presentación de Thy Art Is Murder en el Circo Volador será recordada como una de las noches más intensas y caóticas dentro de la escena del deathcore en la Ciudad de México.
La brutalidad de su sonido, la pasión del público y el caos absoluto de los moshpits, como el uso del bote de basura, marcaron esta velada como un hito. Sin duda, una experiencia única que quedará grabada en la memoria de todos los asistentes.