Adán Jodorowsky, anteriormente conocido como Adanowsky, ofreció un show que fue más allá de una simple presentación en El Plaza Condesa; Polaris, grupo telonero de la noche, aprovechó la oportunidad para presentar sus nuevas ideas trabajadas en el estudio.
La CDMX acompañada de un tono friolento que avecina la época decembrina, fue el escenario idóneo para que multifacético artista Adán Jodorowsky llevase a cabo la resurrección de sus álter egos, Ídolo, Amador y Ada en las instalaciones de ‘El Plaza‘.
Como preparativos del show principal, la agrupación Polaris se encargó de que los espectadores entrarán en ambiente. Esto gracias a la presentación de sus próximas canciones de estudio. Con un show fugaz, pero potente, la agrupación consiguió lo esperado, ponerse en el oído de las personas y convencerlas con un ritmo que mezcla rock y folk, éste bajo la tutela del mismo Jodorowsky.
Posteriormente, la producción de Adán comenzó a caracterizar el escenario. Un esqueleto, manos mutiladas que adornaban los monitores y algunas plantas acompañaron ad hoc el escenario de Adán.
Al caer la oscuridad en el templete, poco a poco los músicos de Adanowsky se apoderaron de él con una caracterización muy peculiar alusivo a un maestro de algún arte marcial cinta negra.
Con los músicos posicionados comenzaron a interpretar los primeros acordes. Entre un mar de gritos del público Adanowsky se apoderó del escenario sin caracterización alguna para interpretar el primer tema de la noche ‘Color Café‘. El público recibió al artista francés como si realmente se tratara de una resurrección; como una última vez.
Tras pocas interpretaciones musicales, Adán cedió el escenario a sus músicos, mismos que lo aprovecharon para compartir su excelsa calidad musical.
Tras cinco minutos musicales, el foro se oscureció y, como en una marcha nupcial, parte del staff entró al escenario mientras cargaban un ataud. Al dejarlo en el suelo, como si se tratase de una obra de Bram Stoker, El Ídolo resurgió. El público estalló en alegría por volver a ver a uno de sus personajes favoritos arriba del escenario ¡Buenas noches!, gritó el cantante con ímpetu para comenzar el show. Temas como Estrella Inmortal, No e Ídolo encendieron la pista de baile.
Posteriormente, el sarcófago regresó por el artista, simplemente para que una nueva resurrección se presentará, Amador. Con una caracterización excelsa que lo regresó a ser aquél hippie del amor, Adanowsky comenzó la intervención musical con temas como ‘Me Siento Solo‘, ‘Niña Roja‘ y ‘J’aime Tes Genoux‘.
Tras la intervención del segundo álter ego, llegó el primer encore de la noche. Con el escenario cubierto en penumbra poco a poco los músicos comenzaron a cambiar, entre ellos sobresalía la presencia de Polaris y el multi talentoso Jay de la Cueva.
Con una nueva alineación musical, Ada resurgió con el fulgor de un ave fénix para despedirse de la noche con los éxitos más bailables de su carrera como ‘Dancing To The Radio‘ y ‘You’re My Lover‘, por mencionar algunos.
Fue así como una noche única llegó a su final. Adán Jodorowsky demostró que un concierto no puede limitarse solamente a la interpretación y desenvolvimiento de los músicos. Adanowsky regresó al «inframundo» como un grande, un artista que no le tiene miedo a exprezarae arriba de un escenario para llegar al corazón de sus fanáticos en más de un ámbito.