La velada de ayer fue una cita imperdible para los amantes del rock, ya que The Hives brindó uno de los conciertos más memorables del año. Desde el primer acorde hasta el último estruendo, la energía del público no decayó en ningún momento. Con un setlist cuidadosamente armado, una entrega arrolladora y el carisma desbordante de su vocalista Howlin’ Pelle Almqvist, la banda sueca demostró por qué sigue siendo un referente en los escenarios del mundo.
Antes de que The Hives subieran al escenario, la audiencia ya estaba encendida gracias a un poderoso acto de apertura que hizo historia: The Damned, leyendas del punk, ofrecieron su primera presentación en México. La veterana banda británica llevó al público a un viaje por sus más grandes clásicos, creando una atmósfera de anticipación y electricidad. Los gritos de emoción por parte de los fans más acérrimos fueron una prueba de que el punk sigue vivo y rugiente, mientras The Damned dejaba claro que décadas de carrera no han mermado su potencia en directo.
Un inicio explosivo con «Bogus Operandi»
Tras la apertura punk de The Damned, The Hives tomaron el escenario y la locura comenzó. El concierto arrancó de manera explosiva con «Bogus Operandi», uno de los temas más recientes de su álbum The Death of Randy Fitzsimmons. Desde el primer segundo, el público se entregó completamente, aplaudiendo, levantando las manos y coreando cada palabra como si fuera su última oportunidad de ver a la banda en vivo. La energía fue instantánea y constante, alimentada por la conexión de la banda con su audiencia.
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Howlin’ Pelle Almqvist: el alma del espectáculo
El vocalista, Howlin’ Pelle Almqvist, no solo impresionó por su voz enérgica y su presencia escénica, sino también por su capacidad para ganarse al público con su humor y carisma. Durante todo el concierto, Almqvist habló en español, arrancando sonrisas y aplausos con frases como “Soy sueco… Soy mexicano… Y soy Howlin’”. En un momento de la noche, incluso bromeó diciendo que la banda se llamaba “Las Jaibas”, un guiño a la forma en que los fanáticos mexicanos cariñosamente se refieren a ellos. Estas ocurrencias solo fortalecieron la ya estrecha conexión entre el vocalista y los asistentes.
Un setlist cargado de adrenalina y clásicos
El setlist fue un recorrido cargado de adrenalina por los mayores éxitos de la banda, mezclando lo mejor de su nuevo material con los clásicos que todos esperaban escuchar. Tras el contundente inicio con «Bogus Operandi», siguieron temas como «Main Offender» y «Hate to Say I Told You So», dos de las canciones más coreadas de la noche. El público respondió con euforia en cada tema, no hubo ni un minuto de calma; el recinto estaba en constante vibración.
La banda también interpretó otros de sus éxitos como «Walk Idiot Walk», «Die, All Right!» y «Come On!», cada uno recibido con la misma intensidad. El ambiente era una verdadera fiesta de rock, con los asistentes totalmente entregados, aplaudiendo y saltando al unísono. Los fanáticos que abarrotaban el lugar no querían que el show terminara, y eso se hizo sentir en la forma en que corearon cada canción.
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El clímax: «Tick Tick Boom» y la interacción con el público
Una de las mejores partes del show fue la constante interacción de Almqvist con la multitud. En varias ocasiones bajó del escenario para cantar junto al público, haciendo de la experiencia algo más íntimo y emocionante. Entre canciones, el frontman hacía gala de su humor sarcástico, lanzando declaraciones como “Señoritas, señoritos y nosotros”, que desataban risas y vítores.
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La recta final del concierto alcanzó su punto más alto con «Tick Tick Boom», donde el público literalmente estalló. La combinación de guitarras crudas y la energía frenética de la banda llevó a todos a un estado de euforia total. Cada miembro de la audiencia saltaba, gritaba y cantaba como si fuera el último minuto del concierto, creando un cierre perfecto para una noche épica. Almqvist, con su característico carisma, sentenció: “El silencio no está invitado al concierto de The Hives”, y, efectivamente, no hubo ni un segundo de tranquilidad en todo el espectáculo.
El espectáculo de The Hives fue un recordatorio de lo que una verdadera banda de rock puede hacer cuando está en la cima de su juego. Con una energía incansable, un setlist que no dio respiro y una interacción constante con el público, la banda dejó claro que su legado en la historia del rock sigue intacto. Y con la apertura a cargo de The Damned, la noche se convirtió en un homenaje perfecto a dos de los pilares más icónicos del punk y el rock de las últimas décadas. Una experiencia inolvidable para todos los que asistieron, que difícilmente podrán borrar de sus memorias este derroche de adrenalina musical.
@lacarteleramxoficial Que perro conciertazo se sacaba de mandar The Hives en el Palacio de los Deportes . #thehives #thehivesmexico #palaciodelosdeportes