Alrededor de 23 mil almas disfrutaron de la buena vibra del colombiano en su presentación el pasado sábado en la Arena Ciudad de México con su «Vibras Tour» donde un recorrido musical de sus más grandes éxitos con éxitos como Bonita o Sorry, sencillo surgido de la colaboración con Justin Bieber.
Minutos antes de las 22:00 horas, el intérprete salió al escenario para iniciar el concierto con el sencillo “Mi gente”, posteriormente deleitó con “Machika” y “Safari”; sin embargo, el artista también cantó algunos de sus temas más antiguos en su carrera artística como “Ay vamos”, “6 a.m.” y “Si tu novio te deja sola”, sin olvidarse de sus más recientes éxitos como “Equis”.
La intensidad del espectáculo fue en descenso cuando el colombiano sacó a relucir canciones menos bailables, pero otro de sus temas más conocidos, 6 AM, recuperó el ritmo de la noche e hizo levantar a los seguidores que descansaban en sus asientos.
Durante dos horas, J Balvin puso a bailar a los asistentes; incluso subió al escenario a cuatro de sus seguidores para que bailaran con él; para finalizar su presentación, ante su público capitalino, interpretó el tema “Ginza”.
Lo mejor de la noche fue que el músico compartiera parte de su nuevo disco “Vibras”, lo que provocó la gozadera y el atrevimiento para bailar un poco, tratando de seguir al cantante, quien no sólo con las palabras defendió su género, sino también con su música.
“Yo no sé porque la gente ataca la música urbana, si la gente ama el ritmo, creo que a quien no le guste está en su derecho de no escucharla. El reggaetón está llenando de buena vibra el mundo, porque esto es a nivel internacional y no es algo sólo de latinos”, apuntó, mientras su audiencia lo aclamaba.
La mayor sorpresa tuvo lugar a mitad del concierto, cuando el colombiano apareció cantando entre el público y rodeado de un océano de teléfonos celulares. Terminó la noche disfrazado de jugador de hockey. «Con México nadie se mete», coreó el colombiano, que se disputa el puesto de rey del reguetón con su paisano Maluma. Cuando parecía que el «show» llegaba a su fin y las luces se habían apagado, el público pudo gastar sus últimas fuerzas bailando X (Equis).
Ph Roberto Hernández
