
Era un sábado melancólico, el cielo prometía una noche de lluvia, tal vez era el mejor escenario para admirar a uno de los mejores cantautores que ha dado este planeta… Joaquín Sabina.
EL público que llegaba al coloso de reforma era variado, jóvenes y no tan jóvenes querían admirar al músico español en vivo. El reloj marcó las nueve en punto y el cantante español saltó al escenario, sumamente elegante, un traje color vino, su clásico sombrero y unas gafas que ocultaban las lesiones ocasionadas por la caída de hace unos días – la que lo obligó a cancelar un par de presentaciones- ; “Cuando Era Joven” fue la canción elegida para iniciar lo que sería una mágica noche.
El músico español, pidió mesura para escuchar sus grandes “clásicos”; “Hoy es un día especial, pues tenía ya varios años que no estrenábamos canciones” expresó el artista antes de interpretar “Lo Niego Todo”. El primer bloque incluyó canciones de su nueva producción musical “Lo niego Todo” entre las que se incluyeron “No Tan Deprisa”, “Lagrimas de Mármol”, “Sin Pena Ni Gloria” entre canciones gritó su amor por México y señaló: “En caso de que el hijo de p… del norte logre realizar su muro, yo sé de que lado de la frontera debo estar”.
Joaquin Sabina presentó uno a uno a sus músicos, para después dejarlos solos – por un momento- para que deslumbrarán al público; en un pequeño homenaje a Gabriel García Márquez “El Gabo”, la corista Mara Barros interpretó “Hace Tiempo que No me Hago Caso” para que inmediatamente Pancho Barona ejecutará “La del Pirata Cojo”
Ya sin saco, el español regresó al escenario para darle paso a sus grandes éxitos; “Una Canción para Magdalena” seguida por “En el Boulevard de los Sueños Rotos”, canción que concluyó con un grito ensordecedor de… “¡Viva México Cabrones! “.
El Auditorio Nacional se había entregado al cantante y en forma de agradecimiento Sabina ejecutó de manera magistral “Y sin embargo te quiero”. “Peces de Ciudad” continuó en el setlist del cantante español.
“19 Días”, “A la Orilla de la Chimenea” y “Seis de la Mañana” dejaron de ser canciones del autor español, para transformarse en la voz del público mexicano quienes unieron sus voces para cantar con el corazón las melodías que Sabina y sus músicos interpretaban.
El concierto llegaba a su final… “Noches de Boda”, “Nos Dieron las 10” encendían el júbilo de la gente; “Pastillas para no soñar” puso el punto final a la mágica noche de Joaquín Sabina, una noche con todas las variantes que el músico puede brindar, alegría, tristeza… un sube y baja de emociones, estas sensaciones sólo las puede brindar alguien como Sabina… alguien con un talento inigualable.