
Por: Lisset Domínguez
Ph Rafael Aroche
Halloween es el día del año donde puedes vestir como te plazca sin recibir miradas extrañadas al respecto. Vestir de negro, con gabardina, medias de rayas, blusas de encaje con un toque muy medieval o con un outfit completamente de terciopelo. Esas prendas que usas todo el año se vuelven socialmente aceptables.
Los fanáticos del grupo finlandés se dieron cita en el Pepsi Center del WTC con sus atuendos extravagantes, seguramente sus atuendos de todos los días. Honestamente no llegué a tiempo y no vi la banda del hermano de Bam Margera. Un producto de mercadotecnia que ronda desde los años 00’s muy apegados a la banda gracias a la amistad del ex skater con Ville Valo.
Al llegar ya se sentía una presencia muy armónica en el lugar. Abajo de la apariencia gótica de todos los asistentes se intercambiaban palabras de afecto hacia el grupo y miradas nerviosas, sonrisas impacientes que contrastaban con sus ojos llorosos. 15 minutos pasadas las 9 comenzó el show.
Al salir el grupo a escena os gritos del público llegaron al máximo cuando vieron a Lynde seguido de Valo entonando la ya clásica canción de apertura de sus conciertos: «Buried Alive by Love.» A pesar de no tener una melodía tan pesada para ser descritos como metal per se, la multitud comenzo a mover la cabeza incesante y brincar para acercarse cada vez más a sus ídolos.
El rango de edad del público era tan variado que sentía como ya no entraba exactamente en el rango de fanáticos «jóvenes» como en ocasiones anteriores, a pesar de solo haber pasado tres años desde que los vi en vivo por primera vez, cuando estás en los 20’s es común cambiar de clasificación «chavo» a «chavoruco» en un fugaz momento.