El 18 de marzo del 2022 será una fecha de referencia para los siguientes contenidos musicales de las estrellas mundiales, o por lo menos, así lo entendemos en LaCartelera Mx, pues después del lanzamiento de ‘Motomami’, el tercer álbum de estudio de Rosalía, no parece haber precedentes de lo que en este álbum se puede escuchar.
Si bien. artistas emergentes a diario crean contenido tan libre como ‘Motomami’, no así, en las grandes producciones de artistas top que todos escuchamos, Rosalía lo ha vuelto a hacer.
Desde la llegada en 2018 de la catalana, no se ha cansado de romper los esquemas musicales que se establecen en esta industria, donde, como muchos conocemos, hay que seguir ciertas fórmulas para colocar hits en la radio o bien, pegar un tema en internet.
Esto a Rosalía le tiene sin cuidado, pues desde este año, nos presentó ‘El Mal Querer’, un álbum que si bien, tiene un estilo muy marcado, comenzamos a escuchar ya ritmos distintos y sonidos mezclados tan uniforme que se sienten piezas robustas en el más genuino sentido.
‘Motomami’ nos presenta un producto caótico en principio, pero caótico no hay que confundirlo con desastre, porque que de esto último, no tiene nada.
Va más enfocado a las emociones y sentimientos que transmite, diez piezas contables con un aura bastante sensual y ritmos electrizantes que podrían sonar bien en Catalunya, Río de Janeiro, New York o en el centro de la CDMX.
Los restantes seis temas, contienen un mensaje más emotivo, más íntimo y a su vez tan cultural que hace sentir que no hay una canción en este álbum con la que no nos sintamos identificados en algún momento de nuestra vida.
Con sonidos del siglo XX
Para este álbum sería insultante el hecho de etiquetarlo con un género musical, pues si algo caracteriza a Rosalía, es el jugueteo que realiza con los sonidos, mezclando desde blues, reggaetón, flamenco, jazz pop, urbano, e incluso tintes de balada.
Escuchamos sonidos con influencias de España, o de Estados Unidos del siglo XX, sonidos más urbanos, entre el reggaetón dominicano y boricua, ligeras sensaciones de música de carnaval hasta llegar a sonidos futuristas sintetizados.
Claro que es fundamental entender que Rosalía es una mezcla de culturas, de sonidos, de pasiones y sobre todo entender que es sinónimo de libertad pero también es relevante darle importancia al talento bocal que posee.
Pese a que su voz también es trabajada con algunos efectos vocales, en la mayoría de las piezas Rosalía nos muestra la calidad técnica que posee en su voz, que es tajante, excitante y sobre todo emotiva, que hace que sus intenciones sean acogidas por quienes escuchan sus temas.
Llega a unos agudos impresionantes que parecen no ser su límite, pues la dinámica voz que posee hace sentir que puede llegar a escalas infinitas.
Un álbum que combina música y arte
Es un álbum tan completo que no deja cabos sueltos, nos habla de cultura, de moda, de identidad, de libertad, autenticidad y sobre todo nos habla de cómo ser una ‘Motomami’, cómo es ser tan fuerte desde la raíz que nada de lo que ocurra en ti o tu alrededor, pueda derribarte.
Es un álbum «grosso», trascendental para la actual industria musical, donde hoy en día no hay artistas top que se atrevan a mezclar tanto en un solo producto.
Hoy día salen álbumes de trap, de pop, de urbano, pero nadie se atreve hacer un álbum de música donde el concepto de música se apegue tanto a la definición de arte, la cual va desde la experiencia de usuario, la experimentación hasta las influencias política, sociales y geográficas, donde esta última mute de pieza en pieza.
Este álbum viene acompañado de 5 videos muy bien trabajados que para no «spoilearte» nada, mejor nos limitamos a decir que son una verdadera pasada y que seguramente después de escuchar cada track, quedarás tan extasiado que probablemente se convierta en tu álbum favorito del año.
Sin más te dejamos como siempre una liga para que después de leer esta breve reseña, pases a escucharte cada tema.